Se sentía tan extraña, que ni ella misma sabia que era lo que estaba haciendo. Una parte de su ser estaba FELIZ, se sentía completa estando a su lado, sintiendo los brazos de aquel chico envolviendo su cintura, y sus labios jugando una vez mas a no separarse nunca. Pero una parte de ella estaba cautelosa, tenia miedo. Miedo a que la tristeza la envolviera una vez mas cuando tuvieran que decirse adiós.
Siempre se había dicho a si misma - en esos momentos que la nostalgia se apoderaba de su ser - que cuando lo volviera a ver, no permitiría que aquel tiempo que una vez compartieron juntos se repitiera; pero ahora que estaba junto a él, le era imposible no raptar esos labios hasta hacerlos suyos. Porque se había convertido en una tentación imposible de obviar. Ella necesita su calor, sus caricias, su esencia. Lo amaba y no podía negarlo porque estando junto a él, el mundo se desdibujaba. No podía creer que aquel chico fuera el único capaz de hacer que sus piernas flaqueran.
- no sabes cuanto te extrañé
Susurro él en su oído para después abrazarla fuertemente, como si aquel gesto los uniera para siempre